“Reciban mis felicitaciones por cumplir treinta años de ministerio. El número treinta significa madurez. Son pocos los ministerios que llegan a este nivel, pero he comprobado que el Apóstol Ávila y CCN han entrado en la verdadera madurez del Evangelio del Reino. Creo que la razón por la cual Jesús permitió que Juan El Bautista muriera fue porque su evangelio no estuvo acompañado de señales y milagros. No puedes predicar del evangelio y de Jesús sin la manifestación visible de señales y prodigios. Esto es lo que da validez a la palabra de Dios. Sin señales y prodigios el Evangelio está muerto, por eso Dios corta la cabeza de cualquier sistema que predica a Jesús sin sobrenaturalidad.

La visión de este gran Apóstol es el Evangelio del Reino y alcanza vidas alrededor del mundo. El está comprometido en resucitarnos al poder y la gloria para señorear, sojuzgar y dominar. Yo conocí al Apóstol Ávila en uno de los momentos más oscuros de mi vida ministerial, cuando sentí que el mundo entero me condenaba. Lo escuché predicar un mensaje titulado “Ayuda viene”, durante una conferencia en Orlando Florida.

Inmediatamente rompí a llorar y caí ante la presencia del Espíritu Santo que me abrumó y revivió. El Apóstol no solo ministró a mi espíritu sino que se convirtió en mi padre espiritual al caminar conmigo el valle de sombra de muerte junto a su gran congregación. Una vez que estás expuesto a este ministerio y su visión de llevar el señorío de Cristo a cada hogar, realmente puedes comprobar cómo es el verdadero Reino. Es un honor para mí sentarme a sus pies y ser llamado hijo. Este ministerio no es solo para Venezuela y Sur América, este ministerio está salvando al mundo y empoderando al pueblo de Dios para trabajar en la obra. Es una alegría para mí ministrar por él y junto a él y trabajar en lo que realicemos juntos en los próximos años. Felicidades por haber sido escogidos por Dios  para  hacer  los  sacrificios  necesarios  a  fin  de  alcanzar  la madurez del Cuerpo de Cristo, mientras establecen la gloria del Reino alrededor del mundo”.

Prologo del libro “Una visión sin fronteras”

Obispo Eddie Long (1953-2017)

Atlanta, Georgia USA